Infeccion capitulo 4 parte 4/4

Las armas rugieron, los infectados comenzaron a caer sin si quiera acercarse a los soldados. De pronto aparecieron más por detrás. Jessica y Mark corrieron dispararon hacia los nuevos objetivos. De pronto ya había demasiados infectados y demasiado cerca, pero aun así no dejaron de disparar. No intentaron huir. Disparaban, más por instinto que por razón. Matar para que no te maten. Los cuerpos caían ante la tormenta de balas.

Un infectado alcanzo a agarrar a Jessica de un brazo. En una fracción de segundo, Jessica puso el subfusil que tenía en la mano derecha en la boca del monstruo y tiro del gatillo. Sangre y huesos salieron de la nuca del infectado. Henry subió al techo de un auto, disparaba a los enemigos con la escopeta. Esperaba a que se acercaran lo suficiente y acomodaba el tiro justo en medio de los ojos, el cráneo de las bestias estallaba en huesos, sesos y sangre.

Y así como había empezado, la masacre termino. 75 infectados yacían sin vidas por todo el lugar. Los cuatro se miraron entre sí sin decir una palabra. Un profundo silencio lleno la atmosfera. El silencio era tal, que se podía escuchar el fuerte latido de los soldados. Una leve risa de Mark rompió el silencio, Henry y Jessica lo acompañaron riendo igual.

- ¡Sí! – Grito Mark victorioso - ¡¿les gusto eso malditas bestias?!

- tranquilo. Aun tenemos una misión – le dijo Henry recordándoles que aun debían volver con el combustible.

- Mark, ayuda Henry a subir los contenedores al auto – ordeno el capitán – Jessica, toma el volante. Vuelvan a la Fortaleza

- un segundo – dijo Mark - ¿no vendrá con nosotros?

- tengo que encargarme de algunos asuntos – respondió James. Jessica lo miro, tardo solo unos segundos en darse cuenta de lo que estaba pasando.

- iré con usted, capitán – le dijo Jessica. James la miro, sabía que ella se había dado cuenta. A unas cuadras de ahí, en una pequeña zona residencial. Estaba su casa, su antigua casa. Ahí estarían ellas, su hija, su esposa.

James no se negó.

- Mark, Henry. Lleven el combustible a la Fortaleza. Nos veremos ahí antes de anochecer – dijo el capitán

- ¿señor? – dijo Mark, después se dio cuenta que sea lo que sea debía ser importante. No cualquier cosa haría que el capitán no terminara una misión - ¡Si, señor!    

Mark y Henry subieron a la camioneta y volvieron a la Fortaleza. James miro a Jessica y comenzaron a caminar. Eran un camino corto de a lo mucho 20 minutos, pero estaba atardeciendo, debían darse prisa.