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jueves, 22 de julio de 2010

Infeccion. Capitulo 6 parte 2/3

Las llantas de la camioneta competían contra las poderosas patas de los aulladores, aquellas bestias corrían al a par con el vehículo. Había dos de un lado, tres en el otro y otros dos corrían por detrás. Los soldados estaban rodeados y mas aulladores se unían a la caza.
- dulces sueños, perra – dijo Mark mientras le disparaba a uno. Henry, quien iba conduciendo, disparo con su pistola un par de tiros para derribar a otro. Los aulladores iban cayendo, sin embargo mas aulladores llegaban para remplazarlos.
- son demasiados – grito Jessica, de pronto un enorme rugido se escucho. Un enorme infectado apareció frente a ellos. La mutación lo había transformado en una enorme masa de músculos de dos metros y medio.
- ese no es nuestro único problema – dijo Henry señalando hacia delante. Henry dio vuelta entrando en una calle, mas infectados se unieron a la caza.
Desde las ventanas de los edificios en ruinas saltaban decenas de infectados. Los aulladores y aquel enorme monstruo aun seguían tras ellos.
Los soldados seguían disparando a las bestias que los seguían. Un infectado salto desde el tercer piso de un edificio al cofre de la camioneta. La bestia dio rugido y Mark, que estaba de copiloto, le disparo. Henry condujo por las calles de la ciudad, giro hacia la izquierda. Esa calle los llevaría a la otra batería. Sin embargo el puente que debían cruzar se había caído.
- Henry, déjame el volante – dijo Mark y ambos cambiaron de lugares, Henry
Logro saltar al asiento del copiloto sin soltar el acelerador.
La caída se acercaba así como los hambrientos aulladores detrás de ellos
- espero que sepas lo que haces – dijo Henry sujetándose al asiento cuando faltaban pocos metros.
- sosténganse, será un aterrizaje agitado – dijo Mark y acelero lo mas que pudo. Las llantas de la camioneta se separaron del suelo. La camioneta había salido volando. Jessica miro hacia abajo, era una caída de tres metros hacia la calle debajo y a los cientos de infectados que miraban desde ahí al vehículo sobre sus cabezas. Las llantas aterrizaron sobre el otro extremo del puente.
- ¡sí! – vitorearon Mark y Henry. El capitán y Jessica miraron atrás. Sobre el otro extremo estaban todos los aulladores e infectados mirándolos, a lo lejos se escuchaban los rugidos de la enorme bestia que se habían encontrado. El vehículo siguió su camino.





martes, 20 de julio de 2010

Infeccion. Capitulo 6 parte 1/3


Capitulo 6. Apagón

El silencio consumía a Anna. Ella y tres hombres estaban en la cafetería, los infectados había atravesado las puertas de la Fortaleza. 
Anna caminaba despacio por entre las mesas, de pronto un ruido ensordecedor la hizo voltear.
- perdón – dijo un hombre, quien había movido una de las sillas. Anna lo miro y luego volvió la vista al frente. Un infectado estaba frente a ella. La bestia salto, la sangre aun fresca de uno de los guardias de seguridad le manchaba los colmillos de rojo. Las balas de rifle golpearon al infectado, atravesándole la cabeza. El monstruo cayó a centímetros de Anna.
-  ¿estás bien? – le pregunto el capitán Meyer a Anna y bajo su rifle. Jessica aseguro el perímetro
- he estado mejor – contesto Anna
- ¿Dónde están los demás? – pregunto el capitán
- todos están atrás, subiremos a todos a los autobuses y nos iremos. Este lugar ya no es seguro – respondió Anna acercando se a James.
Los autobuses de la prisión ya estaban llenos. Se habían divido en dos grupos, cada uno en cada autobús
- mis hombres llevaran a los demás a un almacén cerca de aquí. Ahí todos estarán a salvo. Nosotros iremos a las baterías y las desconectaremos – decía Anna
- Keitaro, John. Vayan junto a los demás al almacén, asegúrense que esas personas lleguen ahí en una pieza – ordeno James, los dos hombres asintieron con la cabeza y subieron a los autobuses.
- Henry ira con ustedes en una camioneta – dijo Anna – él sabrá como apagar la batería, yo iré con mis hombres a la segunda y la desconectaremos
- muy bien, todos arriba – dijo Henry subiendo a una camioneta
- Erick, iras con Anna – ordeno el capitán – así tendremos comunicación
 Todos subieron a sus respectivos vehículos. Keitaro y John estaban en los autobuses, Erick junto con Anna y sus hombres.
- muy bien, damas y caballeros – decía Henry mientras se abría la puerta eléctrica y aparecían los cientos de infectados afuera de la Fortaleza – mátenlos a todos
Los motores aceleraron.
Las llantas comenzaron a frenarse mientras llegaban al edificio donde se encontraba la batería
- vaya, este lugar si da miedo – dijo Mark  mirando la entrada de la batería, el pasto había crecido demasiado, había un enorme árbol de donde colgaba el cadáver de algún hombre.
- entremos y apaguemos esa cosa – dijo el capitán. Los hombres entraron al edificio, la puerta estaba abierta.
Del techo colgaba una línea delgada de luz que iluminaba todo el pasillo, al final estaba una puerta gris de metal
- bueno, debe ser ahí – dijo Mark
- no veo ninguna otra puerta – dijo Jessica y soltó una leve risa. En un momento así, después de haber estado tanto tiempo en ese infierno, reír era más un lujo.
Caminaron todo por todo el pasillo hacia la puerta, entraron.

miércoles, 14 de julio de 2010

Infeccion. Capitulo 5 parte 3/3



- ¿Cómo fue que lograste salir de ahí? – le pregunto James a Jessica
- tome el auto de mi padre y volví al hueco en el muro. Había infectados pero eran muy pocos, los demás ya estaban en las calles. Mate a los pocos infectados que encontré en el camino. El auto era muy grande para el hueco. Así que solo salí corriendo de ahí. Pasaron unos días antes de que me encontraran en un pequeño pueblo a varios cientos de kilómetros de aquí – James la miro. Esa era la historia de la legendaria Jessica Hounson.
- hiciste lo que debías hacer. Si te hubieras quedado hubieras muerto – le dijo James. Jessica lo miro.
- creo que debemos irnos – le dijo Jessica.
- sí, se hace tarde – respondió James. Ambos salieron de la casa.
El capitán Meyer dio un último vistazo a lo que alguna vez fue su hogar. Sin su familia, el ya no tenían nada que perder.
- Mark, ¿me escuchas? – dijo el capitán por radio, mientras se acercaban a la fortaleza
- fuerte y claro, señor – contesto Mark
- avisa a todos que vamos hacia allá – le ordeno el capitán
- sí señor…¿Qué diablos? – por el radio comenzaron a escucharse ruidos extraños, la voz de Anna apareció diciendo “Protejan las puertas” “Van a entrar”  
- Mark, ¿Qué sucede? – dijo el capitán
- Son infectados, intentan entrar a la fortaleza ¡Diablos! – Grito Mark y por el radio se escucho como rompían las puertas – ¡están aquí!
- Mark, ¡Mark! – grito el capitán pero no hubo respuesta, miro a Jessica – démonos prisa      


- Teniente Lyben. Informe – decía el general Stone entrando a la sala de Control
- seguimos intentando restablecer la comunicación señor – respondió la Teniente sin dejar de mirar el monitor frente a ella
- ¿Qué hay del satélite? – Pregunto el general - ¿aun no aparecen en el mapa?
- negativo, señor, hay demasiada interferencia – respondió la Teniente
- ¡Teniente, tenemos una señal! – grito uno de los hombres  del centro de control. El hombre tecleo algunos comandos y una imagen se desplego sobre el monitor de la teniente. Era un mapa de la ciudad y había un punto rojo en el centro.
- ¡increíble! – Exclamo atónita – la señal viene desde el edificio central. Es muy débil, parece que dice: “auxilio”  
- Alfa – susurro el general - Escaneé la zona, quiero una ampliación de esa señal
- en seguida señor – respondió la Teniente mirando al General. Los ojos del viejo veterano de guerra se clavaron en la imagen del mapa.


                 

viernes, 2 de julio de 2010

Infección. Capitulo 5 parte 2/3

- James – dijo María sentada en la cama - ¿ya estás listo?
María estaba arreglándose, caminaba de aquí a allá, se ponía el maquillaje y se arreglaba el cabello.
- vamos, se nos hará tarde – dijo ella mirando a James quien estaba aun en la puerta. James se acerco lentamente. La abrazo y la beso en los labios
- pues si vamos a llegar tarde, que valga la pena – dijo James sonriendo.
Pero no era real. Ella no estaba ahí. Ya no más.
El capitán James Meyer se paseo por el cuarto. Tocando y mirando las botellas de perfume, tomo uno en especial. A su esposa siempre le gustaba que él usara ese, sobre todo cuando era un día especial. Se sentó en la cama.
Había una fotografía igual a la que Jessica había visto abajo.
Su esposa y él sostenían a su pequeña niña. James tomo la foto, estaba algo polvorienta. Saco la fotografía del marco de plata y la guardo en su bolsillo en el pecho.
- ¿James? – Dijo Jessica entrando al cuarto y de inmediato se corrigió – capitán
- ellas se han ido – dijo James, esta vez no pudo contener la pequeña lagrima.
- las encontraremos – le dijo Jessica acercándose a él
- no, ya no están aquí – dijo James
- señor…- Jessica intento decir algo para animarlo, pero no pudo. Las probabilidades de que ellas hayan sobrevivido eran muy bajas. James tenía razón, ellas ya no estaban.
- está bien – James miro a Jessica y dio una leve sonrisa entre lagrimas – es mejor así. Ellas ya no sufrirán.
- sé cómo se siente – dijo Jessica – creíamos que estábamos listos “Todo sería fácil”. Eso pensamos. Mi escudaron y yo habíamos sido asignados para defender el muro ese día. Ellos eran demasiados y nosotros solo éramos siete. Alguien había estado jugando con el radar de movimiento, porque éste nunca los detecto. Nos atacaron a medio día. Vaciamos todos nuestros cargadores en ellos, pero al final lograron abrir un hueco en el muro, los soldados que estaban arriba del muro en ese momento cayeron sobre los infectados. Cuando vi que solo quedábamos unos pocos, pensé en mi padre. Mi madre había muerto cuando yo nací y él era toda la familia que tenia. Corrí a su casa. Abandone a mis compañeros, los deje solos contra esas bestias. Solo pensaba en mi padre mientras corría a los suburbios. Pronto escuche los gritos de las personas. Los infectados ya estaban ahí. Cuando llegue a casa de mi padre, él estaba ahí parado en la puerta.
“Debemos irnos “le dije. El me pregunto “¿Qué está pasando?”, le dije que estaban aquí. Mi papá fue por su auto, pero antes de llegar un infectado lo ataco. Saque mi arma y le dispare, pero era demasiado tarde, había mordido a mi papá.
“Hija, escúchame” me dijo él “tú y yo sabemos que no hay otra opción”. Saque mi arma, él tenía razón.
“Dispara hija” eso fue lo que me dijo. No había otra opción, todo ahí se estaba volviendo un caos.
“te quiero, Jessica, estoy muy orgulloso de ti” fueron sus últimas palabras. Disparé. -

jueves, 1 de julio de 2010

Infección. Capitulo 5 parte 1/3

Capitulo 5. Cenizas     
     
 Los resplandecientes rayos del sol cambiaban de un amarillo intenso a un tenue anaranjado. Estaba atardeciendo. Jessica y James habían estado caminando por al menos diez minutos. No habían dicho ni una sola palabra desde que se separaron de Mark y Henry. Ambos miraban a su alrededor atentos ante cualquier señal de infectados. Jessica miro al miro al cielo. El imponente sol caí, algunas pequeñas estrellas comenzaban a salir entre las nubes naranjas. Y en el horizonte el enorme monte Erinaldi, imponente y majestuoso.
- es hermoso – susurro Jessica. En ningún momento se había detenido a mirar lo que había a su alrededor. Todo el tiempo mirando las calles, los cuerpos sin vida. Todo el tiempo mirando el infierno y no se había dado un minuto para apreciar la belleza del lugar. Un pedazo de cielo en el infierno.      
James miro hacia el cielo. Su mirada se suavizó, bajo lentamente el arma.
- si – respondió – es hermoso
La mente de Jessica y James se lleno de recuerdos, cada uno con sus fantasmas. Después de un minuto Jessica corto el silencio.
- debemos seguir, se hace noche – y los dos continuaron su camino, mirando el momento una vez más.
En pocos minutos llegaron a una zona residencial. Aquí era. En este lugar habían vivido, y quizás seguían viviendo, María y Claudia. Caminaron solo un poco mas antes de llegar a la casa color naranja.
El césped estaba largo, hace mucho que nadie lo cortaba. Había algunos juguetes regados en el jardín. James rio levemente recordando cuantas veces su esposa había peleado con su hija por aquellos juguetes que nunca guardaba y dejaba en el patio. La pintura de la casa resplandecía con el atardecer. Pero un detalle llamo la atención de James, la puerta estaba abierta.
- entremos – dijo él. Jessica solo movió la cabeza y siguió  al capitán. 
Había arañazos en la puerta principal y algunas manchas de sangre, pero James no les dio importancia. Dentro, el sala, todo estaba igual. Las fotografías estaban en el mismo, la colección de CDs estaba donde siempre y cada uno de los compactos se encontraba en orden alfabético. Su esposa siempre había sido así de ordenada. James recordó las pequeñas disputas cuando un CD estaba fuera de lugar o el control remoto se perdía.
Jessica miro las fotos, tomo una donde James y María sostenían a la pequeña Claudia cuando aún era un bebe, luego tomo otra, esta era reciente. Habían acabado de mudarse a esta casa. Claudia ya estaba más grande.
- ella tenía 12 años – le dijo James. Jessica lo miro.
- ella era…- se corrigió – es hermosa
James sonrió y una pequeña lágrima casi se escapa de sus ojos. Ambos siguieron observando la casa. James subió las escaleras. Se dirigió a su cuarto.
Al abrir la puerta, un fuerte recuerdo lo envolvió