Los soldados tuvieron 15 minutos para alistarse. El capitán Meyer, Jessica, Mark y Henry, se dirigieron hacia el hangar de vehículos de la prisión. Diez grandes vehículos: tres camiones de transporte, cinco autos de la policía y dos camionetas blindadas, esperaban inmóviles frente a la enorme compuerta.
- este será su vehículo – dijo Anna señalando a una de las camionetas – los contenedores están en la parte de atrás.
Los soldados subieron a la camioneta, todos menos James Meyer.
- Regresaremos tan pronto llenemos los contenedores – le decía el capitán a la soldado del equipo Alfa
- Buena suerte, capitán – respondió ella y lo saludo. James devolvió el saludo y subió al vehículo.
Comenzaba a atardecer. El capitán sentí que aquí el tiempo corría más rápido, hace no mucho el sol salía en un desfile de cadáveres y ahora se ocultaba otra vez en el horizonte.
- Debemos darnos prisa – dijo Henry – tenemos que llegar a la fortaleza antes que los aulladores salgan
- ¡oh si! – Respondió Mark – no quisiera ver de nuevo a esas cosas
- tranquilos nos iremos pronto – dijo el capitán con tono serio. Desde que llegaron a la fortaleza el capitán comenzaba a actuar muy extraño, como si hubiera algo que lo inquietara. Jessica se había dado cuenta, pero prefería guardar silencio al respecto, después de todo era su superior y no debía entrometerse en sus “asuntos personales”.
- muy bien, ya estamos – dijo Henry - Démonos prisa
Los soldados bajaron del vehículo.
- ¡oh mierda! – Grito Mark - ¡infectados!
Una docena de infectados venia corriendo a tres calles, apenas se podían ver.
- Mark, tú y yo nos acercaremos un poco a ellos, quitémoslos del camino. Jessica, ayuda a Henry a llenar esos contenedores – ordeno el capitán. Jessica tomo uno de los contenedores y corrió a la bomba de gasolina. El contenedor de 75 litros comenzó a llenarse.
El capitán corrió por la calle disparándoles a las bestias que se dirigían hacia él. Subió a un automóvil, la bota de su pie derecho rompió el parabrisas. Mark se acerco por detrás disparando.
En poco tiempo los contenedores estaban llenos. Henry y Jessica dejaron los 150 litros de gasolina en la camioneta y tomaron sus armas. Henry saco una escopeta y coloco 5 cartuchos en su cinturón. Jessica tomo dos subfusiles pequeños, uno en cada mano.
Los cuatro tomaron posición de batalla, sus armas estaban listas para disparar. Decenas de infectados corrían hacia ellos, furiosos, enérgicos, salvajes.
La voz cortante del capitán Meyer cortó el silencio:
- mátenlos a todos -
4 comentarios:
Jajaja, esa imagen es del Halo, verdad? Muy buena, me gustó el suspenso con el que terminaste. Cada vez se pone mas interesante. Y oye, que pasó con la historia Judas que se supone que harías? Me dejó intrigado :S
jeje si es Halo, esque crecio mi aficion jeje
Y pz esa historia tuve que descartarla, ya que su contenido era extremadamente religioso y podria ofender a algunos lectores (Nac y Adri). Asi que por eso nunca la puse, ademas con el tiempo me fui olviando de esa historia.
Ah si¡¡ gracias por el comentario¡¡¡
o dios por dios q emocionanate¡
jajaj me encanto es aparte q dijiste hace mucho sol jajaj tipico mexicano¡
aca se dice hay mucho sol jajaja
que observador nac! eh! yo digo veo mucho sol jajaaja, y como yo lei los capitulos juntos pues, es lo que dije antes.
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