The Wolfman (parte 3, final)

Desperté en la cama de un habitación extraña, habían imágenes religiosas por todas partes, en el centro de la pared había una foto, un retrato de un grupo de hombres, todos armados. Me levante con un fuerte dolor en el pecho, tenia marcas de garras cicatrizando en mi piel
- buenos días – dijo el mismo señor que había visto en el zoológico, entraba a la habitación algunas medicinas – tómese esto – Me dijo dándome un frasco con un liquido extraño – le ayudara a cerrar su heridas
Tome el extraño liquido y después le pregunte
- ¿Dónde estoy? –
- esta fue la habitación de mi hijo, él y yo venimos de una larga cadena de de “Cazadores”. Mi padre, mi abuelo, todos hemos sido cazadores – me respondió
- tiene a Sarah – le dije – debemos salvarla
- yo ya no puedo hacer nada – me contesto – pero usted, detective, tiene el poder de corregir mi error
- ¿su error?, un segundo, ¿Por qué no puede ayudarme? – le pregunte
- ese monstruo, esa bestia es mi hijo. Sucedió hace mucho, mi hijo y yo cazamos a un hombre lobo que había aterrorizado a un pueblo a unos kilómetros de aquí. El monstruo se escondió en un edificio abandonado, los dos fuimos tras él. Cuando llegamos a donde estaba le dispare, pero mi tiro se desvió, el monstruo me empujo hacia una viga de madera, la viga se cayó, no me lastimo por suerte, pero me había quedado atorado. Mi hijo corrió a ayudarme, pero le dije que fuera tras el hombre lobo, él me obedeció, corrió tras él, sin embargo el monstruo se le lanzo encima. Mi hijo disparo y mató a esa bestia, pero ya era demasiado tarde el hombre lobo ya lo había mordido. Sabía que era cuestión de tiempo para que se convirtiera, salimos de ahí y él me dijo que lo matara, sabía que era lo mejor, pero no pude hacerlo y entonces escapo – algunas lagrimas brotaron del rostro del hombre, a pesar de ser un hombre lobo aquella bestia seguía siendo su hijo
- dime qué debo hacer – le dije
- encuéntralo y mátalo, se dónde se esconde – me dijo y después me dio un arma – necesitaras esto, solo tiene un tiro, así que aprovéchalo. Ve al muelle, ahí hay un viejo edificio, entra en ahí, ten cuidado te estará esperando. Buena suerte Hoppe, la necesitaras -.
Justo como el viejo dijo, en el muelle había un edificio antiguo, me habían hablado de aquel lugar: querían derribarlo para poner una tienda comercial, pero las personas de la ciudad decidieron conservarlo como “patrimonio”. Entre por las podridas puertas de madera, el lugar era frio y húmedo (sin mencionar oscuro, era el lugar perfecto para el monstruo que vivía ahí. Subí las escaleras, después de haber buscado en la planta baja
- ¡Sarah! – dije al verla atada a un muro al final del pasillo, corrí hacia ella. Al alcanzarla comencé a cortar las cuerdas que la sujetaban al muro
- ¿Por qué tardaste tanto? – me dijo con una sonrisa, estaba feliz de verme. Seguí cortando sin darme cuenta que dé tras de mí el hombre lobo preparaba su ataque, de un momento a otro la enorme bestia se me abalanzó, me di vuelta pero la criatura me golpeo con sus garras y caí a un par de metros, saque mi arma y comencé a disparar, aun sabiendo que las balas no le harían nada. Me levante y corrí por el edificio con el monstruo siguiéndome, al final lo perdí cerca de las escaleras de emergencia, volví para terminar de liberar a Sarah. Corte deprisa las sogas y una vez libre le di mi arma y le dije que me esperara afuera. Corrí con ella hasta las escaleras y el monstruo apareció de nuevo atravesando los débiles muros de edificio
- corre – le dije a Sarah, me di la vuelta y apunte al hombre lobo con el arma que el viejo me había dado. Aquella criatura se lanzo sobre mí al mismo tiempo que dispare, ambos caímos por las escaleras. Me levante apartando el cadáver, que impresionantemente cobro forma de humano. De la nada apareció el hombre viejo, tomo el cuerpo de su hijo y se fue diciendo
- ahora todo termino – corrí a ver a Sarah
- ¿estás bien? – le pregunte y ella asintió con la cabeza
- al fin todo término – me dijo, sin que ella lo viera, puse la mira sobre mi brazo derecho y ahí estaban las dos profundas marcas de los colmillos del hombre lobo, ahora yo estaba infectado. Sabía que era cuestión de tiempo para convertirme en el asesino.

FIN