Los asientos se encontraban desgastados, en el techo las manchas de humedad le daban un tono grisáceo al techo de color blanco. Como ya era costumbre las manchas de sangre decoraban los vagones, por dentro y por fuera podía verse ese color rojinegro de la sangre coagulada.
Las pisadas de los aulladores llegaron a oídos de los soldados. Lentamente Jessica miro sobre su hombro. Y ahí estaba, los ojos enrojecidos la miraban fijamente, penetrantes y apocalípticos. Las enormes fauces se preparaban para cortar de un tajo la carne de la petrificada Jessica. La bestia regio fuertemente y se lanzo contra la soldado, pero los tiros del arma de James lo desviaron y la bestia cayó muerta sobre la fila de asientos.
De pronto comenzaron a llegar más aulladores, los soldados disparaban sus armas en todas direcciones. Era una manada completa.
- ¡debes irnos ya! – grito James, sin dejar de disparar
- ¿y a dónde diablos vamos a ir? – le respondió Mark. Sin ninguna otra opción los soldados subieron al techo de los vagones. Debajo una jauría de no menos de cincuenta aulladores intentaba alcanzar con enormes garras a alguno de los soldados.
El capitán miro desesperado por todo el túnel. Al final sus ojos lograron ver del otro lado una puerta roja. Una “salida de emergencia”, en caso que el subterráneo se quedara sin energía. Los soldados saltarían por encima de la jauría de aulladores, correrían lo más rápido que pudieran para superar la velocidad de las bestias, al llegar a la puerta: uno a uno entraría, todo esto sin dejar nunca de disparar. La piel de los aulladores es lo suficientemente gruesa como para soportar el golpe efímero de las balas durante un minuto. El minuto necesario para que soldados logren salvarse.
- este el plan – dijo James cortando el momento de silencio – ven ese puerta de allá. Debemos llegar ahí. A la cuenta de tres, saltamos
- uno – comenzaron a contar todos los soldados con la voz baja, sabiendo que era una idea casi suicida
- dos –
- ¡¡tres!! –
Todos saltaron al mismo tiempo, sobrepasando la jauría. Disparando debajo de sus pies mientras se suspendían en el aire. Al caer, los pasos de los soldados se dirigieron sin perder un segundo a aquella puerta roja. En un segundo la mirada de los soldados se clavaba en la puerta y en el otro se fijaba en las feroces fauces del aullador más cercano. La lluvia de balas hacia caer a algunos aulladores. El camino a la puerta se hizo eterno, como eterno. Los aulladores comenzaron a acercarse más y más a los soldados. John era el que venía hasta atrás. Al llegar a la puerta el capitán la abrió de golpe
- ¡deprisa! – grito disparándole a dos aulladores que venía por la derecha de Jessica, matándoles. Los soldados entraron uno a uno, sin embargo un aullador alcanzo a John sujetándolo de la ligera mochila en su espalda. Los tiros de los demás soldados lo liberaron del aullador que cayó muerto a centímetros de la puerta. John entro casi resbalándose. James y Mark empujaron la puerta para cerrarla, pero el resto de la jauría la golpeo al mismo tiempo empujando a los soldados. El resto del equipo ayudo a los dos hombres a cerrar la puerta. Al final el cerrojo sello la puerta.
4 comentarios:
Wow, wow, wow! Vaya que estuvo buena esta parte de este capitulo. Excelente, sin nada más que decir.
wow si de evrdad buenisimo¡¡¡
no se me hizo tan largo esta ves debe ser por als letras grandes
MUY BUENO!!!
Soy fiel seguidora de esta trama, hoy esta de buenas tu blog y me dejo opinar, la vez pasada no lo hise, pero en vista de que hoy si, opino donde no lo hise anteriormente, oye te felicito, me gusta tu redaccion, por que me imagino los hechos, una sugerencia que igual se la hise a nac, que se envien correos cuando los demas comenten, por que luego si no es por que vuelvo a entrar a los comentarios no me entero que dicen los demas o no se les da el seguimiento a los comentarios, es una sugerencia.
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